La creación de bocetos -para mí- es fuente inagotable de experiencias y, en suma, evidencia las diversas relaciones que comprometen el acto creador y del cómo concibo la composición. Esto me permite indagar como artista que recurre al acto del bocetar, en mis relaciones de gusto y apetito visual y la forma en que interpreto el mundo, el cómo lo recreo y lo reproduzco a través de imágenes.

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El boceto me permite brindar una visión tanto objetiva como subjetiva de determinantes auténticas en cada uno de los procesos que involucro el acto creador, y del modo y de los medios que utilizo para recrear o representar figuras o formas.

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Al ejecutar mis bocetos, las imágenes adquieren una corporeidad y este corpus genera un sentido, independientemente de su tiempo de ejecución, a pesar de aparecer en una superficie de manera rápida o, por el contrario, desarrollado de manera meticulosa, el boceto tiene la capacidad notable de atrapar un momento irrepetible.