Luis Javier Barbosa Vera
Artista Plástico y Visual
Juegos de equilibrio
Juegos de equilibrio
La serie de casitas de cartón como lenguaje plástico minimalista, son a su vez parte de esa expresión cotidiana cuando nos referimos a las “cajitas” (seriales, repetitivas y de espacio reducido) como soluciones habitacionales, recordando el hecho de acumulación y juego con el equilibrio del espacio urbanístico que propone una estética propia de las capitales y que se repite como modelo en otras latitudes de nuestro continente.
El paisaje sobre los cerros, lomas y montañas de Bogotá (tanto al norte como al sur) genera imbricados tejidos habitacionales, en los cuales no se tienen en cuenta parámetros, dimensiones o formalidades, simplemente se busca que cumplan la función y requisito de servir para el propósito fundamental del tener una vivienda.
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Traslados de la memoria
El olvido genera sus trampas. Tantas, que a veces bordea la incomunicación absoluta; compartimentos estancos, pesada carga de vacío, mercancía de recuerdos desdibujados, de enumeraciones, de fechas, de registros, de datos que se desplazan constantemente...
Archivados nuestros recuerdos -individuales o colectivos- son trasladados y almacenados, transformándose en archivo muerto, de tal modo que no afectan nuestra cotidianidad; cobran valor cuando la fecha se vuelve significativa en tanto que señala un acontecimiento preciso de la vida, de un entorno o de un contexto, comprendiendo en ocasiones los territorios y lugares, las comunidades y los pueblos, las ciudades o el país.
Equipajes de mano
La memoria colectiva utiliza los mismos mecanismos que la memoria individual para engendrar recuerdos y olvidos, pero sus límites no son los mismos; pueden estar más afianzados o más alejados al pertenecer a un grupo, a un colectivo, a una nación (lugar donde discurren la mayoría de sus recuerdos colectivos); se logran reconocer estos gracias a otros mecanismos de compilación de memoria sumado a las palabras o las ideas, ¿el arte?
No se construye memoria propia sino repetición de la memoria individual o colectiva, familiar o nacional; recurrimos a ella, a manera de recuerdos u olvidos, para construir relaciones que pueden explicar acontecimientos, detalles dispersos que construyen viejas memorias y nuevos olvidos, equipajes de mano que podemos trasladar a conveniencia.
En un periodo de violencia enmarcado entre los años 1.999 / 2.001 se realizan 42 masacres con más de 354 víctimas civiles, 60 de ellos en la masacre de El Salado que ocurre entre el 16 y el 21 de febrero del año 2000, en el sector conocido como Montes de María entre los departamentos de Sucre y Bolívar.
No obstante la memoria nacional olvida, recurre a empacar, guardar, clasificar y entregar cifras; de nuestra parte solo queda exhumar, reorganizar y rememorar eso que es parte de nuestra construcción de memoria pues la única muerte verdadera es el olvido de nuestra realidad.
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